Si el juego deja de funcionar, prueba a limpiar la caché como se indica a continuación:
- Apaga la consola.
- Desconecta el cable de alimentación de la parte trasera de tu Xbox One.
- Espera dos minutos.
- Vuelve a conectar el cable de alimentación en la parte trasera de tu Xbox One.
- Vigila el indicador de alimentación, espera a que cambie de una luz blanca a una luz naranja.
- Enciende la consola.
Esto realizará un reinicio completo del sistema. Después, comprueba si el problema sigue existiendo. Si este procedimiento no funciona, comprueba si sirve de ayuda cargar una partida guardada con anterioridad.