Apagar y encender tu consola te ayudará a solucionar problemas de rendimiento, cuelgues y pantallazos negros. Esta práctica no borrará tus partidas o datos.
1. Apaga tu consola. No entres en el modo de reposo.
2. Espera a que las luces de tu PlayStation se apaguen por completo y desconecta el cable de alimentación.
3. Espera un mínimo de 2 minutos.
4. Vuelve a conectar el cable de alimentación a la consola PlayStation y enciéndela.